¿Generación perdida? ¿Qué generación perdida?

El 1 de junio de 2015 cinco jóvenes profesionales de la sociología, el periodismo y la producción audiovisual se subieron a una caravana con el objetivo de realizar un estudio sobre qué siente y qué quiere hacer su generación con su existencia. Sin guión, con una cámara siempre dispuesta y tan sólo con una pregunta abierta: ¿qué quieres hacer con tu vida? El resultado de cientos de conversaciones a lo largo de miles de kilómetros puede leerse en un informe y ver-sentir en un vitalista documental que refuerza la imagen positiva de los jóvenes españoles y pone en duda el tópico de ‘generación perdida’.

No se trata de un estudio al uso sino de una iniciativa de innovación social impulsada por Global Shapers Madrid, Quiero Salvar El Mundo Haciendo Marketing y Two Much, cuyo objetivo no es sacar una única conclusión que sirva como gran descubrimiento o que contradiga los últimos estudios sobre la juventud española. Tal y como proclaman los organizadores, el proyecto “¿Qué quieres hacer con tu vida?” invita a la reflexión y no busca una comprensión comercial de un grupo de personas ni diseccionar o juzgar a una generación: “Salimos a recorrer España sin guión y han sido las respuestas las que han creado las preguntas, las que han dado forma tanto al informe como al documental. Son jóvenes charlando con jóvenes, cuyas conversaciones muestran a la sociedad quiénes son realmente y qué es lo que quieren, que si se les da una oportunidad, sabrán hacer algo con ella”.

El informe ha sido realizado a través de la encuesta aleatoria a 2.000 jóvenes de entre 20 y 30 años de todas las comunidades autónomas, 60 entrevistas en profundidad realizadas durante y después del recorrido de una manera casual, casi improvisada. Tanto el estudio como el documental (ambos disponibles en quequiereshacercontuvida.com) nos dejan conclusiones muy optimistas que distan de la triste imagen preestablecida de jóvenes sin valores, incapaces de integrar posiciones opuestas, que no muestran respeto ni interés o que prefieren irse fuera de España en busca de oportunidades.

No todos los jóvenes son iguales. “Hay una tensión entre lo que desean y lo que se espera de ellos. A partir de aquí, algunos luchan por conseguir sus objetivos y otros acaban por someten sus sueños y renunciar a sus pasiones”. 

Ven su futuro personal de forma positiva. “La imagen pública de ‘ninis’ o inmaduros contraviene el relato que hacen de sí mismos. No es la generación perdida, sino la de la esperanza y el cambio”.

Su situación no es inactiva. “La inactividad va en contra de la juventud. No hay ‘ninis’ en España. El joven está activo, ya sea porque está ocupado, formándose o buscando ocupación. Dos terceras partes de la juventud española tiene ingresos económicos y más de la mitad puede ser independiente. Muchos de los jóvenes son semi-dependientes porque estudian o aún no han encontrado una actividad laboral. Eso no es precariedad”.

Están decepcionados con el mundo docente porque el modelo no les facilita descubrir y activar sus principales talentos. “La educación es la asignatura pendiente. Los jóvenes se quejan de que el sistema educativo no les ayuda a descubrir sus verdaderas aptitudes, esas con las que serán más felices. Y también reclaman profesores que les dejen huella, que les sirvan de modelo o referente. Especialmente en la universidad”. 

La familia (su origen), la educación (su aprendizaje vital), la ocupación laboral (vocación, profesión) y las relaciones (amigos, pareja, comunidad) son sus cuatro pilares fundamentales. “Esta es la verdadera esencia de la juventud española, lo que les importa realmente. Y en realidad no es tan distinto a lo que los adultos valoramos. Es curioso ver cómo la política, la crisis, la religión o la tecnología no aparecen en las respuestas. No significa que no les importe o que no sean activos en estos temas; significa que no están en los contenidos esenciales de la juventud, en lo que tiene que ver con sus sueños y su felicidad”.

Reconocen a sus padres como impulso, aunque no les ayuden a descubrir qué quieren hacer con su vida. “Las entrevistas a estos jóvenes dejan claro que si los progenitores o tutores no obstaculizan sus deseos y les apoyan en lo que quieren, adquieren mejores trabajos y un grado más alto de satisfacción personal. Sin embargo, igual que a nivel académico echan en falta referentes, la mayoría se encuentra en casa con el mismo problema: cero ayuda para encontrar sus verdaderos talentos. Y esto es grave”. 

Sus amigos son su principal tesoro. “Con ellos crean, se nutren, confrontan sus deseos y celebran la vida, consolidando el valor de la amistad. Y si bien la amistad es imprescindible, también dan importancia a la vida en pareja. Es increíble ver la capacidad que tienen para conectar el ‘yo’ con el ‘nosotros’; el gran cambio generacional es precisamente ese paso de lo individual a lo colectivo”.

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